El Mercurio Valparaíso – 28 de mayo
El lamentable fallecimiento de seis turistas brasileños por una presunta inhalación de monóxido de carbono en un departamento que habían arrendado en Santiago centro a través de Airbnb, vuelve a instalar con fuerza la urgente necesidad de regular la oferta informal de alojamiento turístico.
Hasta ahora, el foco del debate en este tema se ha centrado fundamentalmente en el ámbito tributario y la propuesta para aplicar un impuesto a las plataformas donde se ofrece este tipo de servicios, sin que se haya abordado otros asuntos igual de relevantes, como son los aspectos de seguridad, laborales y sanitarios.
Como Federación hemos insistido en instancias públicas y privadas sobre la importancia de que se cumpla la normativa vigente respecto a la oferta informal de alojamiento turístico, de manera que se empareje la cancha en todos los planos. El objetivo de esto es garantizar, por ejemplo, la seguridad de los turistas, y que estos tengan instancias regulares donde acudir en caso que no se les brinde el servicio esperado o resulten afectados por un servicio deficiente, y resguardar, a su vez, el fiel cumplimiento de las normas laborales y sanitarias que se les exige a la industria formal.
Luego de este trágico episodio surgen algunas preguntas como, por ejemplo, ¿en quién recae la responsabilidad por la muerte de estos turistas? ¿La persona que arrendaba este departamento podrá seguir haciéndolo? ¿Quién fiscaliza que en esta y en todas las plazas de alojamiento informal que se ofrecen actualmente, se está cumpliendo con las medidas de seguridad básicas?
No se puede esperar a que ocurran nuevas muertes para actuar. Y por lo mismo, como representantes del sector, solicitamos que se les exija a todas las plataformas donde se ofrece este tipo de servicios de alojamiento, a que sólo puedan promocionar en sus sitios aquellos que se encuentren debidamente inscritos en el registro de proveedores de servicios turísticos de Sernatur.
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