La Tercera – 14 de septiembre
Es un concepto del que se habla, pero que poco se maneja y que cada día cobra más relevancia en el turismo. Chile, si quiere ser competitivo, a juicio de los expertos, debe seguir por ese camino.Aunque muchos suelen asociarlo únicamente a causas medioambientales, la gran mayoría de las personas no tiene idea a qué se refiere el turismo sustentable. Nacido a inicios de los 90 como una reacción al impacto ambiental que provocan los turistas al viajar, este concepto se definió, primero, como aquel que mantiene el equilibro entre los intereses sociales, económicos y ecológicos. Es decir, no es llegar e invadir un espacio o un territorio. Luego, la Organización Mundial de Turismo (OMT) daría una definición algo más precisa: abarca las repercusiones actuales y futuras no sólo de los visitantes, sino de la industria, del entorno y, especialmente, de las comunidades anfitrionas.
Un ejemplo. Llega un avión con 150 turistas que se bajan y recorren una isla, hacen un asado donde comen y beben con productos que ellos mismos llevaron, dejan basura y desperdicios, toman fotos y se van. ¿Turismo?, sí. Sustentabilidad, cero.
Andrea Wolleter, directora nacional de Sernatur, cree que el turismo sustentable busca generar un equilibrio positivo en los aspectos medioambientales, con un uso adecuado de los recursos. Pero no es lo único importante. Para ella, lo es también el aspecto económico, ‘donde la actividad que se realice sea viable a largo plazo y que los beneficios estén bien distribuidos: oportunidades de empleo estable, ingresos adecuados, servicios sociales para las comunidades anfitrionas, entre otros. Y, por último, el aspecto sociocultural, protegiendo el patrimonio y la oferta cultural, contribuyendo al bienestar de la comunidad y al desarrollo local equilibrado y más equitativo’.
Para la directora de Sernatur, el turismo es una actividad que aumenta su valor cuando los atractivos naturales y culturales de un destino son conservados y preservados; por eso es primordial y hasta estratégico el impulso de la sustentabilidad hacia el resto de las industrias. ‘Sólo cuando los países ven la sustentabilidad desde un punto de vista integrado, logran su plenitud en los tres ámbitos que mencionaba: económico, sociocultural y ambiental’, dice.
Prosperidad local
Smartrip es la primera agencia de viajes chilena que se define ‘con sentido social’. De hecho, a través de la Fundación Smartrip destinan el 20 por ciento de sus ingresos netos para potenciar proyectos de emprendedores locales. Su objetivo es generar más y mejores oportunidades de desarrollo para las personas y comunidades que viven en las cercanías de los destinos donde viajan sus clientes.
Juan Luis Crespo, su creador y gerente, aclara lo que es ellos realizan es turismo sustentable: ‘Este turismo procura generar beneficios económicos, sociales, culturales y medioambientales para las comunidades anfitrionas y su entorno, además de satisfacer las necesidades de los visitantes y de la industria. Lamentablemente existen muchos casos de sobreexplotación de destinos, donde los impactos negativos de la actividad empañan el aporte que el turismo puede entregar si se desarrolla respetuosa y armoniosamente’.
Barcelona y Venecia son sólo dos de los ejemplos donde el exceso de turismo, además descontrolado, provoca impactos negativos no sólo en el lugar, sino especialmente en sus habitantes, que han debido escapar del centro de esas ciudades debido a la avalancha de turistas y las transformaciones que producen en la vida urbana, el comercio y los barrios.
Lo decía Andrea Wolleter: para que un destino o producto turístico sea sustentable, los tres pilares fundamentales son el económico, el sociocultural y el medioambiental. Juan Luis Crespo, de Smartrip coincide: ‘Los destinos sustentables deben generar suficientes ingresos que les permitan ser viables económicamente; punto clave para sustentar todo el resto. Por eso, deben generar prosperidad local, procurando que un porcentaje importante de sus proveedores de productos y servicios sean locales y motivando a sus viajeros a consumir localmente. Deben generar empleos de calidad, empleando la mayor cantidad de gente local posible, con salarios justos y sin discriminación. Tienen que procurar la equidad social, aportando una fracción de sus ingresos a crear oportunidades de desarrollo local; y, por último, deben hacer un esfuerzo grande porque el viajero quede satisfecho y feliz con su visita’.
Respecto de la mirada sociocultural del turismo sustentable, agrega, debe colaborar con la protección del patrimonio material e inmaterial del destino, desarrollar sus elementos culturales y, sobre todo, procurar el bienestar de la comunidad, mejorando su calidad de vida. El factor medioambiental significa gestionar adecuadamente el territorio donde opera: el uso eficiente y limpio del agua, la energía y los residuos, ayudar en la conservación de la biodiversidad y bajar la huella de carbono.
Decisiones
Cada día los viajeros valoran más un destino que se preocupa por ser sustentable. Y no lo hacen sólo como un atributo positivo, sino como un criterio de decisión de compra. Así lo demuestra el último estudio de Booking.com -el 2019 Sustainable Travel Report-, donde el 72% de los viajeros participantes indicó que es fundamental tomar hoy decisiones de viajes más sustentables para salvar el planeta para las futuras generaciones.
‘Los chilenos valoran la sustentabilidad; sobre todo las generaciones más jóvenes (millennials y Z), que están dando lecciones de consumo responsable: prefieren activamente marcas que aportan a la sociedad, como las empresas B por ejemplo’, dice Juan Luis Crespo, refiriéndose a aquellas empresas turísticas como hoteles o agencias certificadas Sernatur y validadas por sus prácticas sustentables.
Para Helen Kouyoumdjian, vicepresidenta ejecutiva de la Federación de Empresas de Turismo de Chile (Fedetur), ‘la sustentabilidad es hoy un aspecto valorado a nivel global. Es una cultura planetaria valorada en muchos países, incluido Chile. Si bien acá es una tendencia reciente, ha tenido una gran penetración, especialmente porque las nuevas generaciones tienen cada vez más una conciencia activa de sustentabilidad’.
El turismo en Chile tiene una particularidad. Por sus características geográficas, ‘goza de un atributo muy atractivo turísticamente: su diversidad de paisajes y entornos naturales, únicos y majestuosos. Por lo tanto, la principal materia prima con la que trabaja el turismo en Chile es la naturaleza, y de su cuidado depende, en gran medida, que el turismo se pueda consolidar y proyectarse en el tiempo’, dice la dirigente. Agrega que la sustentabilidad es hoy no sólo un concepto de moda, sino una realidad palpable y motivadora de viajes. ‘Son cada vez más las personas que al momento de decidir qué lugar visitar, se fijan si el destino es sustentable, respetuoso de las normas, de sus pueblos originarios, del medioambiente, del patrimonio’.