Editorial GAO, Noviembre 2014.
El principal y casi único aeropuerto internacional de Chile, en Santiago, sigue presentando deficiencias que esta Federación ha venido señalando desde 2009 a sucesivos gobiernos. En primer lugar, su exigua capacidad que ahora está aún más disminuida por el cierre de una de sus pistas de aterrizaje por mantención, en plena alta temporada turística.
El edificio terminal, que hace ya tiempo quedó superado por el rápido crecimiento de la demanda por transporte aéreo, ha sido mínimamente mejorado en fechas recientes; sin embargo, la reiterada postergación de la licitación del nuevo aeropuerto, anunciada en 2010, hace prever que el país tendrá que vivir con este edificio terminal por muchos años más.
En estas últimas semanas, muchos vuelos han debido ser desviados a otras ciudades por situaciones climáticas en el aeropuerto capitalino, con las consiguientes molestias para los pasajeros, pérdidas para las aerolíneas y para el turismo chileno en general. Resulta inconcebible que el único aeropuerto de la pujante capital de un país de la OCDE no pueda enfrentar condiciones atmosféricas levemente adversas como son las neblinas.
La seguridad del aeropuerto quedó en entredicho con el grave suceso ocurrido hace unos meses. Y el desorden y la inseguridad que presentan los servicios de taxis para pasajeros aún no se subsanan, pese a que las entidades competentes estudian y prometen -desde mayo 2010 cuando esta Federación lo planteó a las autoridades- soluciones relativamente sencillas que ya están en aplicación en casi todo el mundo desde hace décadas.
Hacemos un llamado al Ejecutivo para que adopte medidas más radicales y urgentes con quien corresponda para dotar al país, al más breve plazo, de un aeropuerto internacional que esté en línea con el nivel de desarrollo del país y con las expectativas de crecimiento del turismo.
Eugenio Yunis
Vicepresidente Ejecutivo, FEDETUR