La Tercera, 29 de Junio de 2016.
Un informe de la Federación de Empresas de Turismo de Chile (FEDETUR) calculó en $ 11 mil millones al año el impacto que ha tenido Airbnb sobre el mercado nacional establecido, además del fisco, en términos de recaudación de impuestos.
Airbnb es una plataforma virtual donde personas particulares ofrecen sus casas o departamento para arrendarlos a turistas de todo el mundo. Y por su efecto, según los datos de 2015 analizados por Fedetur, la hotelería tradicional en el país habría perdido más de $ 9.464 millones en ventas y el fisco otros $ 1.610 millones, por impuestos no recaudados, cifras que irían en aumento dado el crecimiento exponencial del sistema en los últimos dos años (ver infografía).
En el país, actualmente, hay más de 2.100 arriendos activos, distribuidos en cinco comunas de la RM. ‘No estamos en contra de la existencia de esta oferta, lo que necesitamos es aplicar las regulaciones existentes y revisar si hay que adaptarlas para que todo este tipo de alojamiento se formalice, especialmente por temas de seguridad para el turista’, puntualizó Andrea Wolleter, vicepresidenta ejecutiva de Fedetur. La plataforma ha causado polémica por no estar regulada ni pagar impuestos, como se exige a la hotelería y alojamientos establecidos, lo que permite a Airbnb ofrecer precios que llegan a un 40% de lo que cuesta alojar en su competencia más similar: hostales, bed & breakfast y otros medianos y pequeños empresarios turísticos, homologables a un hotel de barrioPor su parte, el mercado de origen europeo representó un 19% del total del consumo a través del mencionado medio de pago y Brasil se quedó con el 9%.
A la conveniencia para el bolsillo, se suman los beneficios que genera en las inmediaciones de los alojamientos, al incentivar el gasto en barrios no necesariamente hoteleros y democratizar, además, el acceso a viajes turísticos de nuevos segmentos. ‘Hay un porcentaje de turistas que dice que no hubiera venido si no existiera este tipo de oferta (Airbnb), por lo tanto sí amplía la oferta turística de una ciudad y la dispersa a otros barrios donde no existe. Por eso reconocemos sus beneficios, pero hay que formalizar y regularizar’, reitera Wolleter. La dirigenta dijo que, si bien el proceso de normalización podría subir las tarifas de Airbnb, seguirá siendo un modelo competitivo debido a las ventajas en términos de conexiones y distribución de reservas que otorga la plataforma. A diferencia de la polémica entre Uber y los taxis amarillos, por similares criterios, Airbnb no nace de un déficit en la calidad, sino como un concepto distinto de alojamiento, enfocado al autoservicio a menor precio.
Hoy en Chile, Airbnb concentra su oferta en las comunas de Santiago, Providencia, Las Condes y Vitacura. Desde el municipio de Santiago señalaron que, por ahora, no han tenido reclamos de vecinos por este tipo de actividad, ni un impacto en términos de patentes comerciales. Javiera Montes, subsecretaria de Turismo, coincide con los privados en que hay que formalizar la oferta de Airbnb y reconocerlo como un servicio complementario. Sobre el compromiso que surgió en abril pasado por parte de Airbnb para dialogar con las autoridades chilenas, en términos de regulación, Montes dijo que ‘hasta el momento hemos intercambiado información vía correo sobre su oferta, pero aún no han designado a un representante del mercado chileno que sea nuestra contraparte’. Sin embargo, Montes agregó que algunos de los oferentes de Airbnb en Chile ya iniciaron trámites.