El otoño chileno dura 3 meses, de marzo a junio. Chile no sólo alberga el desierto más árido del mundo, volcanes o imponentes glaciares. En el sur de Chile también encontrará hermosos bosques siempre verdes, algunos de ellos situados junto a lagos de un azul intenso.
Los paisajes naturales otoñales encantan con un hermoso juego de colores de hojas rojas,marrones, naranjas y amarillas.
La región de la Araucaria, en particular, es un destino espectacular para vivir el otoño en toda su belleza. Chile cuenta actualmente con 42 parques nacionales y 46 reservas naturales donde se puede disfrutar de paisajes naturales vírgenes. En el Parque Nacional de Conguillio, el rojo de las lengas contrasta con el verde de las araucarias, ofreciendo un panorama colorido único que proporciona motivos perfectos, especialmente para los amantes de la fotografía de paisaje.
El Parque Nacional Huerquehue, también situado en Araucaria, encanta a los visitantes con las hojas de color rojo fuego de sus lengas. Resulta especialmente impresionante cuando este juego de colores se refleja en los lagos y aguas del parque.
Otro atractivo destino en otoño en la Araucaria es la Reserva Natural de Malalcahuello. Aquí se puede disfrutar de un espectáculo de contrastes cuando las hojas de colores rojos, amarillos y verdes contrastan con los tonos azulados del volcán Lonquimay, que en otoño también suele tener la cima de la montaña ya blanca por las primeras nevadas.
La Patagonia no sólo es un destino único en primavera o verano, los meses de invierno y sobre todo otoño también ofrecen numerosas ventajas para un viaje. Especialmente el Parque Nacional Torres del Paine, la octava maravilla del mundo en el corazón de la Patagonia es un destino ideal para dar la bienvenida a la estación más fría. En esta época del año hay menos turistas y se puede disfrutar al máximo de los impresionantes paisajes. La infinita naturaleza abierta se tiñe en otoño de un amarillo intenso y las copas de los árboles de rojo, que contrasta con los grises y blancos de las montañas circundantes, los lagos y los impresionantes glaciares.
El Parque Karukinka, en Tierra del Fuego, en el extremo sur de Sudamérica, también merece un viaje en otoño. La naturaleza silvestre y virgen del fin del mundo se muestra en alegres colores cuando las lengas comienzan a cambiar de color en intensos tonos amarillos, naranjas y rojos.
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