La legendaria isla Chiloé está situada al sureste de Puerto Montt, en el océano Pacífico. Es la segunda isla más grande de Chile después de Tierra del Fuego.
Durante mucho tiempo, Chiloé estuvo aislada del continente, lo que permitió que tradiciones, mitos y leyendas ancestrales sobrevivieran hasta hoy.
Además de los famosos palafitos y de una gastronomía única, Chiloé también es conocida por sus más de 150 iglesias de madera. La mayoría de ellas se construyeron en los siglos XVIII y XIX y combinan tradiciones arquitectónicas europeas y nativas. Los muros exteriores de las iglesias están cubiertos de tejas de madera de colores, mientras que los interiores están a veces pintados y decorados con muchos colores. Esta arquitectura única confiere a la isla un encanto muy especial.
Estas iglesias únicas de madera se encuentran en toda la isla principal y en las islas menores del archipiélago de Chiloé, 16 de las cuales han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Hay nueve de estas iglesias en la costa oriental de la Isla Grande de Chiloé, tres más en Lemuy, dos en Quinchao, una en Caguach y una en Chelín.
Las iglesias se construyeron cerca de la costa con madera de ciprés y alerce cortada en la zona. Cada una de ellas consta de tres naves y un pórtico con cinco arcos. No se utilizó ni un solo clavo metálico en la construcción de las iglesias. En su lugar, los remaches eran de madera.
Las iglesias de madera más conocidas y de más fácil acceso están en la capital de la isla, Castro, en Chonchi, más al sur, y en Dalcahue y Rilán.
Las iglesias más antiguas que se conservan datan del siglo XVIII y las más nuevas de principios del siglo XX. La Iglesia Santa María de Loreto de Achao fue construida por los jesuitas en 1740 y es una de las iglesias de madera más antiguas de todo Chile.
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